
En algún momento de las últimas décadas del Baloncesto Superior Nacional(BSN), el siguiente comentario estuvo —o ha estado— presente en el banco o en las gradas de una cancha: “Ese jugador tiene el talento para jugar en laNBA”. Sí, se ha escuchado.
Y El Nuevo Día realizó un sondeo informal entre 15 figuras del baloncesto local —incluyendo jugadores, dirigentes, apoderados, árbitros y periodistas—para conocer aquellas cinco figuras del BSN que tenían el potencial para haber participado en la NBA y no lo hicieron por diversas razones.
Los entrevistados hicieron énfasis en la diferencia de épocas en la que militaron los canasteros, recordando que la competencia estadounidense —fundada en el 1946 como la BAA y luego bajo el nombre de la NBA en 1949— contaba con menos equipos participantes. En la temporada de 1970-71, por ejemplo, eran solo 17 franquicias. Hoy día, son 30.
Los cinco jugadores con la mayor cantidad de votos fueron: Héctor “El Mago” Blondet, Raymond Dalmau, Neftalí Rivera, Ángel “Cachorro” Santiago y Eddie Casiano.
Otros jugadores mencionados fueron Angelo Cruz, Georgie Torres, Orlando Vega, Teo Cruz, Mickey Coll, Juan “Pachín” Vicens, Mario “Quijote” Morales, Federico “Fico” López, Josean Báez, Roberto Vigil, Alejandro “Bimbo” Carmona, Ricky Sánchez, y Mike Rosario.
A continuación, una descripción de cada canastero, acompañada de una evaluación de uno de los expertos consultados.
Neftalí Rivera
Formó parte del mejor binomio en la historia del BSN, junto a Raymond Dalmau, con los Piratas de Quebradillas. Fue uno de los nuyoricans que revolucionó el baloncesto en la década de 1970 con un gran poder de anotación.Ganó cuatro títulos con los Piratas. También fue campeón de anotaciones en dos temporadas: 22.3 (1969) y 25.1 (1973); y el Jugador Más Valioso en 1973. Jugó 15 temporadas y acumuló 7,482 puntos en 390 partidos. A su vez, Rivera participó en dos Olimpiadas y en dos Mundiales con el Equipo Nacional, entre otros torneos.
Armandito Torres, extécnico del Equipo Nacional: “Tuve la oportunidad de dirigir a Neftalí en el Equipo Nacional y en Quebradillas. Era un guard atlético con una flexibilidad increíble. Creó el movimiento del ‘tornillo’ en sus lances al canasto. No le faltaba nada en su juego. Tenía un excelente manejo de balón y una puntería que era comparable con la de cualquier jugador en la NBA. Lo vi en Quebradillas anotar 79 puntos en un juego sin la línea de tres puntos. Y en la Selección lo vi dominar ante potencias como Yugoslavia y Rusia. Fue una figura importante en la parte final en la victoria ante Yugoslavia en las Olimpiadas de Múnich 1972. Pienso que tenía la capacidad de jugar como armador y competir en la NBA”.
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Raymond Dalmau
Nacido y desarrollado en Nueva York, Dalmau debutó con los Piratas en la temporada de 1966 con apenas 17 años. Aterrizó en Quebradillas para cambiar la tradición de la franquicia de este pueblo costero y convertirse en una de las principales figuras en la historia del baloncesto puertorriqueño. Fue el comienzo del nacimiento de una leyenda al presentar un estilo de juego diferente para los canasteros de su posición al dominar el dribleo y el tiro largo con 6’4” de estatura.
Tuvo un impacto inmediato en la competencia y en la franquicia de los Piratas. Fue partícipe de 10 series finales en un periodo de 13 temporadas con cuatro títulos. También fue una de las figuras estelares en el Equipo Nacional al participar en tres Juegos Olímpicos y tres Mundiales, entre otras competencias. Jugó un total de 20 temporadas en el BSN y figura quinto entre los líderes de anotaciones en la historia con 11,553 puntos. Finalizó con un promedio de 21.6 puntos por juego. Luego dirigió en el BSN y en el seleccionado adulto.
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Francisco “Paquito” Rodríguez, exsecretario de la Federación de Baloncesto e historiador de baloncesto: “Para la época que jugó Raymond, la NBA todavía no se distinguía por la velocidad de los jugadores grandes como hoy día. No era tan importante y, por eso, pienso que Raymond tenía el talento para haber jugado esa liga. Fue un jugador sumamente inteligente que dominaba todos los fundamentos del juego. También defendía. Tenía todos los atributos del juego. Lo vi jugar ante Estados Unidos contra jugadores colegiales que luego fueron estrellas de la NBA y fue dominante en la cancha. Él no tomaba tiros malos. Jugaba de una manera muy segura. Era un caballo. Para mí, definitivamente, tenía las cualidades para haber jugado en la NBA”.
Eddie Casiano
Tenía apenas 15 años cuando debutó en el BSN con los Atléticos de San Germán en la temporada de 1988. Jugó 14 partidos y totalizó 46 puntos. Fue en el 1991 que su comenzó a despuntar con una media de 19.6 puntos por desafío, al tiempo que ayudaba a los Atléticos a ganar el campeonato. Fue una época dorada en la Ciudad de Las Lomas con los "nenes" en referencia a Casiano y Nelson Quiñones.
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Casiano estudió la escuela superior en Indiana y llamó la atención de algunos programas de la NCAA. El zurdo canastero, sin embargo, afectó su elegibilidad al firmar como profesional con apenas 19 años con los Cosmos de Guaynabo en el Circuito Profesional de Puerto Rico, y nunca dio el salto a la NCAA. Casiano tuvo una brillante carrera de 21 temporadas en el BSN al acumular 9,306 puntos. También se destacó con el Equipo Nacional al participar en Juegos Olímpicos y Mundiales.
Flor Meléndez, extécnico del Equipo Nacional: “Fui quien reclutó a Eddie para el BSN. Recuerdo que lo vi por primera vez a los 12 años en Caparra Heights.Estuve siguiéndolo y a los 15 me lo llevé para San Germán. Fue uno de los anotadores más completos en el BSN. No dudaba que podía llegar a la NBA. Tenía todas las herramientas en la ofensiva; el tiro largo y ponía el balón en el piso para atacar. También tenía el carácter y y reconocía el juego, que es una de las cosas más difíciles.Era otra cosa. La única razón por la cual no jugó en la NBA, fue porque jugó profesional. En vez de jugar en la liga, hubiera ido a una universidad en Estados Unidos y hubiera sido una estrella en la NBA. Él tenía lo principal: el tiro. Y luego lo vimos como lució en todos los torneos internacionales enfrentando a jugadores estelares de la NBA. No haber ido a la universidad, fue el error más grande”
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Ángel “Cachorro” Santiago
“El Orgullo del Caserío”, como el legendario narrador Manuel Rivera Morales lo bautizó en la liga local, comenzó su carrera en el BSN en el 1973 con los Cangrejeros de Santurce. Cachorro ha sido considerado uno de los canasteros más atléticos en la historia del BSN. Con una estatura de 6’7” y brazos largos, el delantero dominaba el juego aéreo como ninguno otro durante su época.
En la década de 1980 fue uno de los jugadores más destacados al promediar 20 puntos o más por 10 temporadas seguidas. Fue una pieza esencial en la conquista del título de Aibonito en 1986. Totalizó 23 temporadas y ocupa el octavo lugar entre los líderes de anotaciones con 11,287 puntos. También militó con Guaynabo, Río Piedras, Ponce, Guayama, y Arecibo. Igualmente, fue miembro del Equipo Nacional.
Julio Toro, expiloto del Equipo Nacional: “Pude identificar temprano a Cachorro y puedo decir que tenía unas características físicas únicas en la liga en aquel momento. Brazos y piernas largas con poca grasa en su cuerpo. Estaba por encima de todo el mundo y le puedes preguntar a los que jugaron con él. Tenía unos atributos extraordinarios quemuy bien lo pudieron haber llevado a la NBA. Recuerdo bien sus destrezas en el Equipo Nacional. Tenía un despegue increíble; jugaba por encima del aro. Era un jugador bien especial. Pudo haber jugado en la NBA, pero no tuvo el millaje. Si hubiera apuntado a desarrollarse en Estados Unidos, fácilmente, hubiera obtenido una beca (en una universidad) y hubiera entrado a un mundo ideal para sembrarse en la NBA. Tenía todos los componentes, pero la materia prima no es suficiente. Tenía una buena actitud hacia el juego, pero le faltó horas de trabajo. Cuando pienso en un jugador de habilidades atléticas, Cachorro es el que me viene a la mente”.
Héctor “El Mago” Blondet
Llegó al BSN para la temporada de 1970 con los Capitanes de Arecibo. Nació y se desarrolló en Nueva York. Estudió en la Universidad de Murray State. De inmediato, Blondet exhibió un estilo de juego adelantado a la liga superior que le mereció el apodo de “El Mago”. En su temporada de novato promedió 15.4 puntos y, al año siguiente, ya era parte del Equipo Nacional en los Juegos Panamericanos de Cali, logrando la medalla de plata.
En el mismo año (1971) fue reclamado por Portland en la quinta ronda del sorteo de jugadores de la NBA, pero nunca militó con los Trail Blazers. Blondet continuó activo en el BSN y en el seleccionado. A nivel internacional estuvo activo en las Olimpiadas de Múnich 1972 y de Montreal 1976. Además de Arecibo, Blondet militó con Río Piedras, Morovis, Mayagüez, Isabela y Guaynabo, donde jugó su última temporada en el 1983. Ganó un campeonato con los Cardenales en 1976. Totalizó 13 temporadas con 5,361 puntos en 328.
Hiram Ruiz, exapoderado de los Capitanes de Arecibo: “Yo jugaba como refuerzo en España y, luego de las Olimpiadas de Múnich 1972, recuerdo que el presidente del club Barcelona me llamó para decirme que quería firmar a Blondet. En las Olimpiadas, Blondet fue considerado el jugador más espectacular y vistoso del torneo, y el Barcelona lo quería en su equipo. Y Blondet fue a jugar a España y se destacó. Sin duda, para mí, era un jugador de la NBA. Me recordaba al jugador de los Knicks, Earl Monroe. Era de ese tipo de jugador. Su habilidad de pasar el balón era increíble; era muy rápido. Por eso, lo llamaron ‘El Mago’. Hacía cosas con el balón, que no se habían visto anteriormente en la liga. Y con 6’5” de estatura tenía la capacidad de jugar de la posición uno a la cuatro. Fue un jugador espectacular y muy completo”.