Faltaba Jimmy Butler, faltaba Joel Embiid, pero solo con la presencia de Kyle Lowry se sabía que iba a ser una noche interesante. El base, que fue traspasado rumbo a Charlotte en enero a cambio de Terry Rozier, volvía a encontrarse a Miiami. Ahora, eso sí, con la camiseta de Philadelphia 76ers, el equipo que preguntó por él cuando quedó como agente libre. Y no hay mayor peligro en la NBA, y en el deporte, que encontrarte con tu ex. La ley del ex, esa norma no escrita que rige el deporte y que no tiene respuesta humana. Metió 16 puntos, pero fue cómo lo hizo. Un triple cuando Miami se puso a uno, otro tiro para poner a los Sixers seis arriba y sobre todo, más lucha de la habitual.

 

 

 

"Hoy ha estado más irritable de lo normal en el entrenamiento, algo que no había sido hasta ahora" decía Nick Nurse sobre Lowry, con quien ganó el anillo de la NBA en 2019 en Toronto. En este caso es un cumplido a uno de los mayores y más intensos competidores de la generación. "Empieza a parecerse poco a poco a su antigua versión" insistía el entrenador. Por ahora, Lowry lleva 12 partidos con los Sixers y para nada casualidad, este ha sido el mejor, aunque siga animando a los Heat "excepto cuando juegan contra nosotros", según el propio Lowry. Fue con el base sentado en el banquillo que los Heat, 14 abajo al empezar el último cuarto, remontaron. Un parcial de 22-9 dejaba el partido en un punto.

 

 

En juego, además del triunfo, estaba salir de play-in. La derrota de Indiana garantizaba que el ganador se quedara la sexta posición. Y sin Butler, el más ganador es Lowry. Aunque los deberes los firmó Tyrese Maxey con 30 puntos, 10 asistencias y a dos rebotes del triple-doble. Kelly Oubre metió 22 y Buddy Hield otros 12 desde el banco, todos ellos exteriores. Porque la pintura la dominó Bam Adebayo, con 20 puntos y 13 rebotes, los mismos que Terry Rozier. Duncan Robinson se retiró en el tercer cuarto con problemas en la espalda, sumándose a las bajas de Herro, Richardson, Jovic y el ya mencionado Butler. Demasiado para unos Heat que caen a la octava posición otra vez y ven en el horizonte a los Celtics en primera ronda.

 

 

En los últimos 10 partidos solo han podido ganar cuatro veces, y tres de ellas fueron ante Detroit Pistons (una sobre la bocina), con la otra siendo ante Utah Jazz. Han perdido ante cualquier equipo en posiciones de playoff o playin, y además, con Washington Wizards. Parecía, tras el All Star, que el equipo de Erik Spoelstra había prendido la sexta marcha, pero poco ha durado. Las lesiones, siendo uno de los equipos más afectados por ellas durante toda la temporada, están evitando a Miami conseguir regularidad, pero tampoco el fondo de rotación ha aparecido como otros años. Al menos no hasta ahora, aunque con los Heat nunca se puede decir nada definitivo. El año pasado fueron séptimos, perdieron el primer partido de play-in y acabaron jugando las finales: eso sí, tenían a un ganador como Kyle Lowry en su equipo, y este año no.

 

 

 

 

Los de arriba hicieron los deberes en el Este. Ganó Cleveland en Indiana en una noche horrible de Tyrese Haliburton, al que la lesión le ha dejado lejos de su mejor versión. El base se quedó en 4/14 en el tiro (1/9 en el triple) y 14 puntos, con 12 asistencias en la derrota a manos de Caris LeVert, Jarrett Allen y los Cavs. Sin Donovan Mitchell ni Evan Mobley, tiraron de equipo para asaltar Indiana, y se quedan a un partido de Milwaukee por la segunda posición. Con la esperanza de que el próximo partido de los Bucks es en Boston, y los Celtics llegan con seis triunfos seguidos. El último, sin Tatum, Horford, ni Holiday, ante Detroit Pistons con un triple-doble de Derrick White, el primero de su carrera. Fueron 22 puntos (6/12 en triples), 10 rebotes y 10 asistencias, con 2 robos y 1 tapón en el triunfo.

 

Detrás de Cleveland siguen los Knicks, que asaltaron el Chase Center en San Francisco pese a los 27 puntos de Steph Curry. Porque Jalen Brunson, con 34, se llevó el duelo de bases titulares en una noche donde Josh Hart jugó todo el partido y McBride casi 47 minutos. El base, con 29, firmó su máximo de carrera. Muy difícil para los Warriors salir del play-in ya. Ganó también Minnesota en un partido que pasará a la historia por el mate de Anthony Edwards. Es uno de los jugadores más espectaculares de la NBA y lo demuestra cada noche, pero esta vez fue más allá. Posterizó a John Collins de tal manera que ambos jugadores tuvieron que ser atendidos, en el caso de Ant por un dedo dislocado. "El mejor mate de mi carrera" sentenciaba el jugador, que además metió 31 puntos y dejó a los Timberwolves otra vez empatados por la segunda posición. 

Los Lakers abusaron de Atlanta y abren diferencia con doble-doble de LeBron, 25 puntos y 10 asistencias, y Anthony Davis de vuelta dominando la pintura, con 22 puntos y 15 rebotes. D'Angelo Russell volvió a ser el máximo anotador con 27 y los Lakers abren hueco con los Warriors. La derrota de Atlanta deja a los Bulls, que ganaron ante Portland, con tres partidos y medio de ventaja por la novena posición. Y la noche la cerraron, en Sacramento, Kings y Grizzlies. Un tiro de De'Aaron Fox mandaba el partido al tiempo extra y eran Malik Monk y Domantas Sabonis quien aparecía en el tiempo extra para conseguir el triunfo y mantener a Sacramento sexto en solitario, evitando el play-in. 14 puntos y 9 rebotes para Santi Aldama en la derrota.