Con 25 segundos, LeBron James metía dos tiros libres para poner el empate a 106 en el marcador. Llevaba 30 puntos, con 11 asistencias y 9 rebotes, en un partido histórico para el Rey en su vigesimoprimera temporada, pero cometió un error: le dejó tiempo a Jamal Murray. Uno que los Lakers ya cometieron en el segundo partido, y que han pagado con el peor precio posible, la eliminación. Porque el canadiense se volvió a poner la capa de superhéroe, apartó a sus compañeros del camino y metió un tiro de media distancia por encima de Austin Reaves. Un Jamal Murray que era duda hasta minutos antes del partido por una lesión en la pantorrilla, y que consiguió un tiro que pasa directo a la historia. Uno que vale un billete a las semifinales de la conferencia, y que envía a los Lakers de vacaciones antes de tiempo.

Y eso que lo intentaron todo los angelinos. Controlaron gran parte del partido, no solo la primera parte, y fue un parcial de 14-2 de los Nuggets lo que le dio la vuelta. Pero incluso estando abajo, no se rindieron. Liderados por LeBron James, que volvió a firmar un encuentro descomunal, y por la ofensiva de Austin Reaves y Rui Hachimura, los Lakers aguantaron el golpe por golpe contra Jokic y compañía. Lo hicieron, además, con Anthony Davis lesionado. Un golpe en el tercer cuarto con Michael Porter Jr le dejó mermado del hombro izquierdo, y no pudo usar el brazo en gran parte del final del encuentro, pese a acabar con 15 rebotes y 17 puntos. Pero no fue tan diferencial como lo pudo haber sido sano, especialmente cerrando el rebote defensivo: dos, de Aaron Gordon y Jamal Murray en el último cuarto, fueron claves.

Nikola Jokic hizo lo de siempre: jugar un partido de notable alto para acabar con 25 puntos (12/21 en tiros), 20 rebotes y 9 asistencias, pese a tener 7 pérdidas en su estadística. Jamal Murray metió 32, 12 de ellos en el último cuarto donde no hay nadie mejor que el base, y Michael Porter Jr colaboró con otros 26. Cinco triples para cada uno en una noche donde, con los problemas físicos de Kenvatious Caldwell-Pope, tuvo que aparecer el banquillo. Reggie Jackson metió ocho puntos en otra mala jornada para Christian Braun. Dos factores claves: la diferencia en el triple, con los Nuggets consiguiendo 18 puntos más, y el 67% en el triple de los Lakers, que falló nueve tiros libres de los 27 que logró. Ante los Nuggets no se pueden permitir errores en detalles así.

Honores para unos Lakers que pese a ser tremendamente inferiores, han sabido pelear. Dos partidos los decidió Jamal sobre la bocina y se llevaron un triunfo más que el año pasado, demostrando que estos Nuggets no son tan invencibles como en 2023. Por eso, la serie contra Minnesota en semifinales se presenta apoteósica. La mejor defensa de la NBA recibe a Nikola Jokic y Anthony Edwards, que ya ha dejado en evidencia a Kevin Durant, apunta al serbio. Los Lakers, en cambio, ya están de vacaciones.

 

Que las lesiones están siendo un factor clave en estos playoff ha quedado probado. Jugadores como Jimmy Butler, Zion Williamson o Giannis Antetokounmpo todavía no han debutado y otros como Damian Lillard, Kawhi Leonard o Joel Embiid lo están haciendo con más problemas físicos que certezas. Y en esa lista de estrellas que no están disponibles aparece ahora Kristaps Porzingis, quien salió lesionado en el primer tiempo del triunfo de Boston en Miami. Primero pareció una lesión en el tobillo izquierdo tras pisar a Tyler Herro, pero en la siguiente jugada se vio al letón pedir el cambio tras agarrarse la pierna derecha. Los Celtics lo diagnosticaron como un pequeño desgarro en la pantorrilla, y se esperan más pruebas hoy, con el optimismo de descartar una lesión de Aquiles.

Justo esta semana eran Jaylen Brown y Jayson Tatum, los dos mejores jugadores del equipo, los que etiquetaban a Porzingis como la pieza diferencial en estos Celtics. Con el interior, la ofensiva de Boston llega a otro nivel, y lo notaron en la segunda parte. Solo Derrick White, autor de 38 puntos, su máximo de carrera con ocho triples, tuvo una noche acertada en el tiro. Entre Tatum y Brown se combinaron para 37 con apenas 12/32 en lanzamientos. Un Tatum que además estuvo a punto de irse lesionado. Tras una falta sobre White, el alero de los Celtics tiró a canasta con el partido parado. Bam Adebayo decidió puntear el lanzamiento, con la fortuna de que Tatum cayó encima del pívot de los Heat, al que le señalaron falta flagrante. Imposible un duelo entre ambos equipos sin que se respire la rivalidad.

Boston volvió a dejar a los Heat en menos de 40 puntos al descanso, y solo los 29 en el último cuarto apretaron un partido donde los Celtics llegaron a dominar por 28 puntos tras triples de Horford y White. Todo con la presencia de Leo Messi, Luis Suarez, Jordi Alba y Sergio Busquets en la grada, que animaron a Miami, pero se fueron con una derrota. Y los Celtics esperan poder cerrarlo en casa el miércoles, con la duda de si estará o no Porzingis disponible.

Por primera vez desde 2016, Oklahoma ganó una ronda de playoff, y lo hizo a lo grande: 4-0 ante los Pelicans, por la vía rápida tras ganar el cuarto en New Orleans. Es el tercer barrido que consigue la franquicia de Oklahoma, el segundo desde su mudanza. En 1996 ante los Rockets, y en 2012 ante Dallas. En común tienen esos dos años que coinciden con los últimos viajes de la franquicia, primero en Seattle y luego en Oklahoma, a las finales de la NBA, aunque cayeron ante Michael Jordan y LeBron James respectivamente. Se convirtieron, además, en la franquicia más joven de la historia en ganar una serie, según publicaba el departamento de prensa del equipo. Porque al final siguen siendo eso, un proyecto en crecimiento.

Un partido que, como los tres primeros, ganaron desde la defensa. Volvieron a dejar a New Orleans por debajo de 90, con Lu Dort haciendo un trabajo descomunal en Brandon Ingram (2/14 en tiros, 8 puntos) y lo remataron con un parcial de 20-4 en el último cuarto de la mano de Jalen Williams. Metió 24, máximo anotador de su equipo con Shai Gilgeous-Alexander, que además bajó 10 rebotes. Y Chet Holmgren cerró el big-3 del futuro con 14 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias. Hasta Josh Giddey, con cuatro triples, fue clave en el último cuarto para darle la vuelta al partido y cerrar la serie. Y ahora esperan al ganador de la serie entre Clippers y Mavericks. Un reto mucho mayor, pero uno para el que están preparados: todo lo que falta de experiencia lo tienen en talento.